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La autogestión de la carrera artística, un desafío en los tiempos que corren

En nuestros días, se divisa cada vez más lejana y utópica la idea de que un cantante emergente va a ser descubierto y llevado a la fama por un agente o empresario discográfico, quien arriesgará su capital o el de la compañía que representa para convertir el trabajo de este nuevo artista en un producto exitoso y de talla internacional. Es el sueño de todo joven artista el de concentrarse en su música y no tener que pensar en gestionar su carrera, por el hecho de que hay personas que estarán a su disposición para realizar todas las tareas administrativas, legales y de promoción. Esto quizá era posible en los tiempos prósperos de la industria del disco, hacia las décadas de los 60, 70 y 80, cuando la venta de el álbum en físico era el centro del negocio y era rentable, porque la disquera concentraba en su poder el único producto a través del cual los fans tenían acceso al trabajo del artista.

La irrupción de la música en digital, la revolución de Internet y las redes sociales, la democratización de la información, el home studio y la era de los influencers, han trazado una historia que nos coloca en un lugar muy diferente al de los artistas de aquella época. Si un prospecto con un producto interesante lograba un buen contrato con una empresa discográfica, era probable que tuviera un gran impacto en la escena musical, ya que tenía a mano la posibilidad muy limitada para el momento de grabar un disco y de contar con un equipo de trabajo en las distintas áreas de producción, distribución, manejo legal y marketing, que podrían hacer llegar su música a muchísima gente en distintos países. Vale decir que en esos tiempos tampoco era fácil, ya que esa oportunidad que ofrecían las disqueras estaba concentrada en un número muy pequeño de artistas, seleccionados estratégicamente para asegurar el éxito de una inversión cuantiosa y de mucho riesgo, pues la realización de un proyecto musical con las tecnologías de la época era muy costoso y complejo de lograr.

Dicho esto, es lógica la preocupación de los artistas emergentes de nuestros días en lo referente a qué estrategias usar y qué caminos seguir para poder conseguir el objetivo de hacer llegar su música a un número importante de fans y monetizarla para hacer rentable su trabajo artístico. Con lo expuesto hasta ahora, debe quedar claro que no es una posibilidad sentarse a esperar que venga alguien a descubrir el talento de ese artista emergente, así mismo, la estrategia de buscar empresas o inversionistas para levantar un proyecto que nadie conoce tampoco es una opción. Hay que pensar que las grandes empresas de la industria musical contemporánea ya no están dispuestas a arriesgar en productos que no tienen una comunidad consolidada, y que no es necesario para ellos construirla desde cero, cuando hay una cantidad importante de creadores de contenido que van desarrollando su público con una mínima inversión y recursos al alcance de cualquier individuo. No es rentable escoger un artista que hay que configurar, producir y promover, cuando tienes la opción de apostar por aquellos que ya han levantado comunidad en redes sociales y tienen un producto probado en una muestra interesante de público. Las redes sociales son el mejor estudio de mercado que puede haber para un producto cultural, y si el artista no ha hecho el trabajo de exponerse y probar su producto en ese ambiente, tiene muy pocas posibilidades de llamar la atención de empresas que puedan multiplicar su exposición invirtiendo en campañas de promoción masiva. En otras palabras, al menos hasta lograr una visibilidad interesante, al artista emergente no le queda otra opción que autogestionar su carrera en todos los aspectos.

Efectivamente, los artistas de nuestros días deben dominar una cantidad de competencias laborales que antiguamente estaban distribuidas en distintos especialistas, y que hoy se concentran en sus manos, a una escala menor, hasta que puedan dar un salto visible en la industria musical.

Y entonces, ¿qué debes hacer si eres un artista emergente con el sueño de lograr un espacio en el panorama musical contemporáneo?

La primera clave es construir una comunidad. Es decir, generar contenido musical al alcance de la gente que te pueda escuchar. Es menester el desarrollo de una comunidad de fans comprometida: Más allá de acumular seguidores, el artista debe enfocarse en crear una comunidad de fans leales y activos que interactúen con su música y compartan su contenido. Esto será clave para generar visibilidad y eventualmente atraer el interés de la industria.

Desarrollar una presencia sólida en redes sociales. Dado que las plataformas digitales son ahora el principal escaparate para darse a conocer, es crucial que el artista emergente invierta tiempo y esfuerzo en construir una comunidad de seguidores en redes como Instagram, TikTok, YouTube, etc. Esto le permitirá probar su producto y recopilar valiosa información sobre su público.

Asumir la autogestión de su carrera: como hemos comentado, ya no es viable esperar a ser «descubierto» por una discográfica. El artista emergente debe adquirir habilidades en áreas como producción, promoción, gestión legal y administrativa de su proyecto musical.

Generar contenido de valor y diferenciarse: en un entorno musical tan saturado, es fundamental que el artista produzca contenido original, auténtico y de calidad que le permita destacar y conectar emocionalmente con su público. Ser creativo y diferenciarse es fundamental a día de hoy.

Aprovechar las herramientas y recursos disponibles: existen numerosas plataformas, servicios y programas de apoyo diseñados específicamente para ayudar a los artistas emergentes a impulsar sus carreras de manera independiente. El artista debe estar atento a estas oportunidades y sacarles el máximo provecho. Así mismo, es importante que se prepare en todo lo referente a la producción fonográfica y videográfica, con el objeto de ser capaz de desarrollar proyectos de contenido para sus fans, de manera más independiente y con calidad.

En resumen, la clave para el artista emergente es asumir un papel proactivo y estratégico en la gestión de su carrera, aprovechando las posibilidades que ofrecen los medios digitales y construyendo una base sólida de fans comprometidos. Solo así podrá lograr un espacio en el panorama musical contemporáneo.

La autogestión de la carrera artística, un desafío en los tiempos que corren

Alejandro Zavala

Cantante, compositor, productor y músico popular. Ha participado en un importante número de producciones discográficas, incluyendo sus tres discos como solista: Origen (2009), Primavera para mayo (2011) y Colores Tierra (2014). Es director y productor musical de Sonofilia Studio Record, reconocido estudio de grabación en Caracas, Venezuela. Es director y fundador de la Escuela Contemporánea de la Voz.